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jueves, 20 de octubre de 2016

Los bautistas

                                              
La   llegada   del salvador del mundo hace más de dos mil años fue el hecho histórico que ha   trasformado a la humanidad, desde su llega Jesucristo   ha trastocado los cimientos de la civilización que vivía en barbarie y esclavitud propiamente dicha donde reinaba la opresión y el sufrimiento. Él ofrecía Paz, libertad, Perdón, vida eterna. Esto provoco que sus seguidores llamados acertadamente cristianos   vivieran   una vida conforme lo decía el Maestro Jesucristo.  Estas enseñanzas doctrinales   fueron en sus inicios del cristianismo trasmitida vía oral de generación en generación. Y fue así por mucho tiempo hasta que fue necesario que esta trasmisión oral fue plasmada en escritos.
Es asi   como surgen los primeros manuscritos acerca de las enseñanzas de Jesucristo que fueron recopiladas en los evangelios   puesto que fueron más de uno y fue por interés humano, y político   que se seleccionaron determinado número de evangelios.  Otro sustento para para esta posición es la bíblica hebraica quinta que señala la verdad y coincidencias doctrinales auténticas dejadas por el salvador de la humanidad. La iglesia bautista afirma   tener   la visión de perpetuidad que asume que la fe y la práctica bautista han existido desde los tiempos de Cristo, y la visión sucesionista, o “sucesionismo bautista”, que sostiene que las Iglesias bautistas existieron realmente en una cadena ininterrumpida desde la época de Cristo.
Las Iglesias bautistas o baptistas son un grupo de Iglesias cristianas evangélicas, vinculadas por unas creencias y organización eclesiástica comunes, cuya doctrina distintiva es considerar que el bautismo debe realizarse solamente a las personas que han recibido (creído) a Jesucristo como su Señor y Salvador personal.
Aunque surgieron durante la Reforma, algunos bautistas afirman que su origen llega hasta los tiempos de Jesucristo, esto es, por el rastro que se mantuvo de la doctrina enseñada por Jesús y que conservaron a través del tiempo a pesar de las persecuciones sufridas.
El historiador Bruce Gourley explica cuatro opiniones principales sobre los orígenes bautistas: El moderno consenso de los expertos de que el movimiento tiene su origen en el siglo XVII a través de los separatistas ingleses, la visión de que fue una consecuencia de la tradición anabaptista, la visión de perpetuidad que asume que la fe y la práctica bautista han existido desde los tiempos de Cristo, y la visión secesionista, o “secesionismo bautista”, que sostiene que las Iglesias bautistas existieron realmente en una cadena ininterrumpida desde la época de Cristo.
El nombre bautista ' se originó con intenciones despectivas por parte de los detractores. Posiblemente se usó este término por primera vez en el idioma alemán (Taufer, 'bautista') en el siglo XVI, para desacreditar al movimiento que se oponía al bautismo infantil (pues los bautistas argumentaban que en la Biblia nunca fue bautizado ningún infante, sino solo aquellos que, después de haber creído el Evangelio de Jesús, profesaban la fe de Cristo). En el siglo XVII este nombre se usó en el idioma inglés en Gran Bretaña.
En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) se utiliza un término para referirse a esta rama del protestantismo: baptismo. Este vocablo es usado en España, mientras que en América simplemente se les denomina bautistas. Se puede ver la distinción que se hace en España de “baptismo”, refiriéndose a la doctrina protestante; y “bautismo”, refiriéndose al sacramento.6 En América se utiliza “bautismo” para referirse a ambas definiciones
El señorío de Jesucristo: este principio se considera vital y del cual depende todos los demás. Como declaró John Smith en 1610 “Solo Jesucristo es Rey y Juez de la Iglesia y la conciencia”. Muchos bautistas a través de la historia ofrendaron sus vidas por este principio. Además, es rechazada toda jerarquía en la Iglesia fuera de Jesucristo. La asamblea es gobernada por líderes y siervos al servicio de Jesucristo, guiados por la Palabra y en la orientación del Espíritu Santo. (Mateo 28:16-20; I Corintios 11:3; Filipenses 2:9-11; Efesios 1:17-23; Colosenses 2:8-15).
toda la Biblia es palabra de Dios, en ella Dios revela su voluntad para los seres humanos y que es superior a las tradiciones, las experiencias y el intelecto. Además, es la única fuente de autoridad y con ella debería terminar toda discusión teológica. (Hechos 17:10-12; II Timoteo 3:16-17; II Pedro 1:19-21).
El bautismo del creyente: la práctica del bautismo no comenzó con Juan el Bautista en el río Jordán, sino que era una práctica del pueblo judío para con los prosélitos, y simbolizaba el compromiso de ser fieles a la doctrina y a la Ley del pueblo de Dios. Sostienen que el bautismo es una ordenanza de Dios, que todo discípulo debe obedecer, siempre que sea posible; debe ejecutarse por inmersión, lo cual simboliza muerte con Cristo a la vida vieja y resurrección a la vida nueva. El bautismo, por tanto, debe de ser para personas convertidas y convencidas de la realidad de Dios y de la vida nueva que Jesucristo ofrece. Debe ministrar el bautismo un ministro de la iglesia local. (Mateo 3:13-17; Romanos 6:4-5; Hechos 8:36,38-39; Efesios 2:8-9; Lucas 23:42-43; I Corintios 1:17; Colosenses 2:12).
Libertad de conciencia (libre albedrío): es el principio bautista que defiende el derecho que tiene cada ser humano de elegir por sí mismo. Parte de la idea de que este derecho le ha sido concedido por Dios, y, por lo tanto, cualquiera que lo viole se estará oponiendo al mismo Dios. Por este principio muchos murieron a través de la historia, cuando la fe era algo impuesto. Los padres de la Iglesia declararon: “Queremos creer según el dictado de nuestra conciencia; como entendemos en la Biblia y no por lo que otros digan que debemos creer a ciegas”. Este principio fue un gran aporte al protestantismo en general. (Génesis 1:27, 3:22; Juan 1:12-13, 3:16, 10:27; Marcos 8:34, Romanos 14:3-12).
El gobierno congregacional: la congregación local tiene la máxima autoridad y poder de decisión, sin depender de otra Iglesia, grupo de Iglesias, o persona alguna, para regir su destino. Esta, en sí, es la oportunidad que tiene la comunidad de creyentes, para que sus miembros tengan derecho a la participación plena en la toma de decisiones en asuntos eclesiásticos, bajo la dirección del señorío de Jesucristo y según el modelo del Nuevo Testamento. La Iglesia, sobre su autonomía, decide sobre los asuntos trascendentes y no trascendentes, sintiendo que Jesucristo es la cabeza, las Escrituras, la orientación y el Espíritu Santo su guía, el cual le ha de llevar a toda verdad. Este principio se dice que nació con los anabaptistas en el siglo XVI; y en 1524 fueron publicados algunos artículos que abogaban por el congregacionalismo. John Smith, más tarde declaró que la misión de los líderes y ancianos era supervisar, enseñar y predicar, pero la palabra final la tenía la congregación. (Hechos 6:1-7; I Pedro 2:9; Efesios 1:22, 4:15).
La Cena del Señor: no sólo creen que es una ordenanza, sino que están definidos por los bautistas algunos conceptos teológicos: No es un sacramento   con poder de salvación de   los que creen la Tal afirmación, debe ser para creyentes en plena comunión con Cristo y su iglesia.

El sacerdocio de los creyentes: Martín Lutero retomó este principio en el siglo XV. Afirma que todo creyente tiene el derecho y privilegio inalienable de comunicarse directamente con Dios, por medio de Jesucristo, quien perdona los pecados. Es el Espíritu Santo quien ayuda a tener comunión con Dios por medio de su palabra. En el Primer Congreso de la Alianza Mundial Bautista en 1905, el Rev. Edgar Youg Mullins expresó en su mensaje: “Todos los hombres


tienen iguales derechos de acceso a Dios”. (I Pedro 2:4-5, 9-10; Juan 14:13-14; I Corintios 12:7,12; hebreos 4:14-16).

Separación de la Iglesia y el Estado: Aunque existe una corriente contradictoria, en este punto se puede señalar que, así como el hombre tiene dos naturalezas esencialmente: física y espiritual, también deben existir dos gobiernos que respondan a dichas necesidades. Por otro lado, la organización de la Iglesia es políticamente democrática o congregacional, a diferencia del concepto episcopal. En la actualidad emerge una Iglesia participativa que vela por la transformación del Estado y la sensibilidad de los gobernantes para con el Evangelio. Pero no se acepta que el Estado interfiera y decida en asuntos espirituales de la Iglesia. Y se debe obedecer las leyes del gobierno, hasta tanto estas no entren en contradicción con la fe. (Hechos 5:29; Mateo 22:5-22).
La Gran Comisión: la evangelización del mundo no es un derecho exclusivo de un sector de la Iglesia, como pastores, líderes y diáconos. Esta Gran Comisión de hacer discípulos a todas las naciones, es un derecho y responsabilidad de toda la Iglesia. “Cada cristiano debe ganar y discipular a otra persona, como era normal que un profeta ungiera a su sucesor”. (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-18; Hechos 1:8).



Fuente

Ramírez     R (2016) ‘Los Bautistas ‘
JC Anderson - 2003 - books.google.com
RA Baker, RC Moore - 1978 - Casa Bautista de Publicaciones

J Anderson - El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1990

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